jueves, 17 de marzo de 2011

Construcción de Cimientos con Piezas Prefabricadas.


En el Centro Interamericano  de  Vivienda se desarrollaron unos interesantes estudios, con carácter de ensayo, al objeto de dotar las viviendas de un tipo de  cimentación  con  piezas prefabricadas.




Describimos este  tipo de cimiento prefabricado en  las figuras siguientes:

Fig. 89. - Excavación realizada, a   la manera   tradicional.
Fig. 90. -En el fondo de la zanja,  relleno de arena de  10 cm de espesor y sobre  la misma  una barrera capilar  de  asfalto. 





Fig.  91.  - Cimentación   de  bloques   huecos,  dirección  en  forma  de trapecio que facilita   la  transmisión  de la  carga  al  terreno.

Fig.  92. - Sobre   los  bloques  huecos de  la cimentación se inicia la construcción del muro,  también  de bloque huecos.

Fig.  93. - Con  el  relleno de  tierra la  cimentación  queda  terminada.

Otro  tipo de cimentación  prefabricada, es el  realizado por los franceses, de  cuya construcción  dan  idea   las   figuras  siguientes:

Fig.  94  -  El  bloque   hueco  que constituye  el   cimiento  en  mutua   ligazón  con el  panel,  también  prefabricado,  es  izado  por  una  grúa  y colocado en  el   lugar  correspondiente.

Fig. 95.  - Detalle constructivo del cimiento  con  la  pared  incorporada  al mismo,  mostrando los  mechinales por donde  se   inyecta  el   cemento y  donde se  aprecia  también  la  ubicación  de   la cubierta  y  el  cielo  raso.

Fig.  96.  -  Cimentación   prefabricada continua de  cerámica precomprimida  de  Freyssinet.



miércoles, 16 de marzo de 2011

Construcción de Cimientos con Fábrica de Ladrillos.

Para  terrenos eminentemente secos  y para edificios de  tipos chalet o casita de campo, no hay inconveniente en construir la cimentación con ladrillo macizo o mejor  aún  con el  ladrillo denominado "gafa" que es el  que  tiene dos  agujeros en el   centro en   forma  de óvalo. Este ladrillo  tiene  la  ventaja de que,  al  introducirse  el mortero por  los referidos  agujeros, éstos se opondrán al deslizamiento  con mucha más firmeza que los corrientes.


El ladrillo  deberá estar  bien cocido, no  tendrá  caliches y  sus  superficies deberán  presentar  un  aspecto   rugoso.  Toda  su  masa  será  de   composición homogénea.  La  prueba  práctica  de la  calidad  del  ladrillo  se hace frotando uno contra  otro, pues si está bien cocido sus superficies  permanecerán inalterables  mientras  que,  en  caso  contrario,  su  masa  se  desmoronará.  Otra prueba   consiste  en   golpearle  con  un  objeto  duro,  debiendo  el  sonido  resultante ser  agudo, metálico.

La  cimentación  con  ladrillo  se  ejecutará  con  arreglo a  las  normas  existentes  para  los muros,  previniendo  y  dejando los pasos correspondientes a las tarjetas, las que se construirán  mediante pilastras haciendo, como dintel de las mismas, unas cuantas vueltas a modo de arco de descarga.

Antes de su  puesta en obra, los ladrillos deberán  ser  regados con   abundancia y puestos   sobre   las hileras a  restregar sobre buena pasta de mortero y,  mejor  aún, vaciando  el cubo por entero y extendiéndole con la paleta. El aparejo más  indicado es   "a  la española)),  o sea a   tizón  con  juntas encontradas. Si las paredes de las zanjas con  respecto al grueso de la   cimentación   lo permiten, se  dispondrán   las miras correspondientes y en   todo caso se verificará  el  nivel,  pero  nunca   se  hará  de  forma  que  éste  apoye  directamente en    las  hiladas,  sino  en  uns  regla   larga,  tal  como  se  enseña  en   la  fig. 85.


Durante  el   tiempo  que  dura  el  fraguado  del  mortero  se  mantendrá  la  cimentación  en un  buen  ambiente de humedad mediante riegos.

Los tendeles no deberán  ser  excesivos,  procurándose  un  grueso  de   juntas entre los 5 y los 12 milímetros. Si por  cualquier circunstancia, final  de  jornada,  etc.,  hubiera  necesidad de interrumpir   la construcción  del  cimiento convendrá dejarlo en   superficie escalonado  o mejor   aún   con entrantes  y salientes  a  modo  de  dientes,  pues de  este  modo al continuar  los  trabajos  se conseguirá  una  más  perfecta  trabazón y continuidad (fig. 86).


En  los cimientos escalonados  de  fábrica  de  ladrillo,  el ancho se aumentará  siempre en medio ladrillo,  de  modo  que cada  lado  cuente  con  un  sobreancho  de  1/4 de  ladrillos.  En   las paredes medianeras se da   todo el  sobreancho, de  1/2 ladrillo, en el lado interior.  De este modo los escalones serán: 

Fábrica  de ladrillo con cal y ensanche  en  ambos lados, 2 hiladas.
Fábrica  de ladrillo con cal y  en  un solo  lado, 4 hiladas.
Fábrica  de ladrillo  recocido o  de  máquina, 1 a 2 hiladas.

El escalón  inferior  se construye, en  general, una o dos hiladas más alto, ya  que  en   la  hilada   inferior,  por  estar  colocada   sobre  el  terreno,  a  veces deficiente,  no  se  puede contar  con  la  misma   resistencia  y  distribución  de fuerzas que en  las hiladas superiores.

Las figuras 87 y 88 ilustrarán estos conceptos.

Ligaduras en las Armaduras de Hormigón Armado.

Ya hemos  enunciado antes  que el atado  o  ligaduras   se  efectuará  en   las armaduras  de  hormigón  armado  mediante  el  alambre  de  atar,  que  no  es más  que  un  alambre  arrollado.  Para  ello  hay  también  atadores  mecánicos (figura  83),  los cuales  ahorran  un 80 por  100 de mano de  obra,  efectuando de  3.000   a  1.500  atados  por  hora,  según  sea  más o menos grande el aparato.

Las ligaduras  a mano, se  realizan  pasando el alambre de manera que la ligadura presente la forma de cruz  de San Andrés,  la cual se  fijará mediante la   tenaza,  dando  vueltas  al  alambre  y   tensándolo  mediante   leve  apoyo de la cabeza contra el hierro de la armadura. La operación  se termina cortando el  alambre  sobrante,  cuidando  de  que  no  sea  al  mismo   tope  de  la  armadura, ya que de  esta   forma se disminuirá el atado,  todo lo cual  se muestra gráficamente en  la figura 84. 

martes, 15 de marzo de 2011

Maquina Banco Ferrallista para el Doblado del Hierro.


Actualmente  existen  máquinas  que  con  un   mínimo  esfuerzo  doblan  el hierro automáticamente,  aunque  éste  sea  de  gran  calibre  (fig.  81).

Esta  máquina  va montada  sobre   chasis de  ruedas para   facilitar su  transporte a  aquellos puntos de la obra  en que  convenga  situarla. Para su  accionamiento  consta  de  un  pedal  y  dispositivos  para  su  mando  a  mano.  Después  de   haber  doblado  un  hierro   adquiere  automáticamente  su  posición


inicial,  y  puede  doblarse  tanto  hacia  la  derecha  como  hacia  la  izquierda sin necesidad de cambiar su dispositivo, lo cual  supone el ahorro de personal especializado en el   trabajo del  hierro.


Se construye  en  tres   tipos,   siendo  la  mayor   la  que   es  capaz  de doblar en   frío hasta  redondos de 50 mm, siendo accionada  por un  motor eléctrico de 4 CV, y tiene un peso propio de 1.500 Kg.

Otras  máquinas  de  pocas  pretensiones son   las  dobladoras  a  mano,  las qué, por  ser  de   sobra   conocidas  no   reseñamos  y  las que  también  son  sustituidas  por  el banco  de   ferrallista, que  es  como  si  dijéramos  lo  más elemental en esta clase de  trabajos.

Con un par  de  tablones que  uniremos  por medio de unas cuantas tablas y  clavos,  cuyos  tablones  fijaremos  mediante  puntas  clavadas  de   oído  a unas  barraquetas  corrientes,  de  andamio,  formaremos  un  buen  banco  de ferrallista. Para  el  doblado  del  hierro, en  uno  de  los  extremos  clavaremos unas puntas gruesas sin cabeza o mejor aún  unos  recortes de hierro de calibre 5  u 8 en  las  que se ha  practicado una  aguzadura,  en  sentido  diagonal  a   la  barra  y  tal  como  se  dispone  en   la  figura  82;  para  después  y  con   los  grifos correspondientes   se hará el doblado.  Para que el  hierro se mantenga  rígido   convendrá  situar  espaciadamente  y  a   lo   largo  de  la  varilla,  unos hierros  iguales a los descritos en forma de tresbolillo  (misma  figura).


Para el doblado de  los hierros de compresión bastará hacer una plantilla, aunque en realidad y tal es la pericia de muchísimos ferrallistas que con sólo este artefacto hemos visto realizar obras de gran envergadura.

Colocación de las Armadura.

La  colocación  de   la  armadura  de  pilares,  puede  hacerse  cuando  el  hormigón  de la  cimentación ya  está  endurecido. Deberá   encajar  perfectamente en  los cuatro  hierros  ((en espera)) a   los que  se asegurará  mediante ligaduras efectuadas  con  alambre  de  atar.

Construcción de Cimientos con Hormigón Armado.

En edificios  muy cargados y en suelos  movedizos a los que, por su constitución geológica,  para  dar  con  el  firme  es  preciso  ir  a  grandes  profundidades,  se  hace  necesaria  la  utilización  del  hormigón  armado  para la cimentación.

El  hierro que  se  utiliza en  hormigón  armado,  es  el llamado  acero dulce y  también  hierro  Siemens  que  se  presenta  en  forma  de  varilla  de  sección redonda suministrándose en los calibres de 5 a 40 mm, aunque los más utilizados  en  la  construcción  son  5,  6,  7,  8,  12,  14,  18,  20,  22,  24,  25  y  30.

La  prueba  o  ensayo  del  hierro  en   obra,  puede  hacerse  mediante  el  doblado  en  frío  sobre  otra  barra  de  doble  diámetro    (fig.  80)  sin   que   aparezcan  grietas  ni  señal  alguna  de  rotura.

La   característica   primordial  del  hormigón  armado   es  la  perfecta  colaboración  que  existe entre   los  dos  elementos   para  soportar   toda   clase  de fatigas,  estándole  reservada  al  hormigón los esfuerzos de compresión mientras que el hierro  absorbe los de  tracción.


Algunos  autores aconsejan  que  las armaduras   se   introduzcan  en   los  encofrados  libres  de  óxido  o  herrumbre, pero  la  práctica  diaria  demuestra  que  puede  ahorrarse este  trabajo  ya que, en  varias ocasiones que no  se ha   limpiado,  al efectuar  demoliciones, las armaduras  salieron  completamente  intactas  y   casi  pulidas.

Pero  lo  que   sí  es   imprescindible  es  que  la  armadura  esté  lo  suficientemente  envuelta  en  hormigón  para  que   los  agentes exteriores no  provoquen su  oxidación.  Este  recubrimiento  de  unos  2'5 centímetros  como  mínimo, debe  preverse  de antemano,  pues  en  caso  contrario   puede  venir  la  ruina (  O   al  menos grietas  peligrosas) en  la  obra  y  precisamente  por  oxidación  de la  armadura.  Es decir, que   en  rigor  no  importa  que   la  armadura  se  utilice oxidada, sino que, posteriormente  debe  evitarse  su  oxidación.

lunes, 14 de marzo de 2011

CONSTRUCCION CON HIERROS (EN ESPERA).

En un edificio de estructura  de hormigón armado, pero cuya cimentación corrida  se haya  resuelto con hormigón  en  masa, la unión de ésta y los pilares se  resuelve mediante  las «esperas»,cuya definición  corresponde  al argot de albañilería.


Estos hierros, embutidos en   la  cimentación  y  sobresaliendo  por  encima de la rasante de la misma, tienen como misión   la de unir  toda la estructura, por  lo que  estos  hierros  y  aun  respondiendo  al  cálculo  deberán  tener  un par de diámetros más que el  que le corresponda   al pilar.


La  situación  exacta  de  los  mismos  es  como  se  presenta  en   la  fig. 77 (planta)  y fig.  78  (sección)   o  sea  la   parte  embutida  en  hormigón   (no menos  de 69  cm)  deberá  ser   igual  a   la  que   se  eleva  por  encima  del  nivel del  mismo.


Si el  replanteo del  edificio se ha   realizado por  el sistema de camillas,  la colocación de  los esperas se realizará  fácilmente si efectuamos la colocación (cosa  que  de  otro  modo  no  sería  posible)   antes  de  que  el  hormigón se endurezca,  es decir que  el momento   justo  de su colocación  es cuando  éste comienza su  fraguado.



De camilla  a camilla  (fig. 79) se  tiran  los cordeles en  cuyo  centro se formará  un  cuadrilátero  que será el  pilar, y para  lo cual  habremos descontado los  gruesos  de  recubrimiento.  A  más   los  gruesos  de  los  hierros  del  pilar, posteriormente  será  fácil introducir los hierros en el hormigón, auxiliándose de  una  maceta  haciéndoles  pañear  con  los  cordeles  fijados  anteriormente.

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