Las armaduras deben colocarse limpias, exentas de óxido no adherido (se admite el óxido que queda después de cepillar las barras con cepillo de alambre), así como libres de pintura, grasa, hielo o cualquier otra sustancia perjudicial. Deberán sujetarse al encofrado y entre sí, de modo que se mantengan en su posición correcta, sin experimentar movimientos, durante el vertido y compactación del hormigón, y permitan a éste envolverlas sin dejar coqueras.
Para conseguirlo, las armaduras se colocan en los encofrados
apoyadas en calzos o separad01 de rigidez adecuada en Número suficiente. El empleo
de separadores es impresdible para garantizar que la distancia entre la
armadura y el encofrado (recubrimiento) no será inferior al mínimo que
prescriben normas, lo que res1lta fundamental para la durabilidad de las
piezas. tos calzos se utilizan, con la misma finalidad, para sostener la
armadura supe0t en losas o para separar capas de armadura en muros. La
distancia entre separadores de una misma barra suele ser del orden de 50 veces
su diámetro O 100 cm,
decalándose los separadores entre barras contiguas.
Los calzos Y separadores pueden ser de mortero, hormigón, fibrocemento, plástico rígido o material similar, prohibiéndose el empleo de madera, 1drillo o cascotes de obra (figura 95). Tampoco deben utilizarse calzos o separadores metalicos (salvo que sean de alambre ga1vanizado o acero inoxidable), especialmente en hormigones vistos, por el riesgo de aparición de manchas debidas a su oxidación. En casi todos los tipos, la fijación a la armadura se efectúa mediante una pinza o por atado con alambre.
Figura 9.5 Algunos
tipos de separadores y calzos (a) separadores puntuales de mortero (b)separadores
puntuales de plástico (c) separadores lineales de alambre o acero galvanizados;
(d) separador lineal de mortero (e) calzos lineales metálicos y calzo puntual
de plástico.
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