Todos los procesos descritos descansan en fenómenos de difusión. La carbonatación se produce por difusión del CO2 en los poros llenos de aire (como todo gas, el CO2 requiere un medio aéreo para poder progresar si el hormigón está completamente sumergido en agua, no se carbonata). La penetración de cloruros se produce por difusión de cloruros en los poros llenos Je agua (el cloruro requiere un medio húmedo para su transporte). En fin, la corrosión se produce mediante un proceso electrolítico de transporte de iones hierro con aportación de oxígenos es decir, por difusión deI O, en los poros llenos de aire (en forma análoga al CO2).
En definitiva: la corrosión no se produce en hormigón totalmente seco (por estar impedido el proceso electrolítico de transporte de iones) ni en hormigón totalmente saturado de agua (por falta de oxígeno), incluso habiendo quedado destruida la capa pasiva que protege a las armaduras. En condiciones medias de humedad la corrosión es posible/probable, especialmente en ormig0nes carbonatados. Y el caso más desfavorable corresponde a ciclos de sequedad— humedad (caso de canales, muelles marítimos, etc.) en combinación con altas temperaturas, ya que al aumentar la temperatura aumenta la velocidad de todos los procesos implicados.
La influencia de las fisuras de pequeña anchura que puedan
presentar las piezas (por flexión u otras causas) no es tan grande como podría
parecer, por tratarse de zonas muy localizadas cuyo efecto en los fenómenos de
penetración, que acabamos de estudiar, es menos importante que el de la
totalidad de la superficie expuesta al ambiente. Por otro lado, las fisuras
menores de 0,4 mm de anchura suelen colmatarse (autocicatrización) con los
depósitos cálcicos, suciedad, etc. Lo que tiene verdadera importancia es la
compacidad del hormigón del recubrimiento y el espesor del mismo, pudiendo
retenerse la idea de que la durabilidad de la pieza varía con el cuadrado del
recubrimiento: a un recubrimiento doble, corresponde un tiempo cuatro veces
mayor de aparición del riesgo de corrosión.
Como es natural, las condiciones ambientales de la estructura constituyen otro factor determinante de su durabilidad, razón por la que, tanto la relación AJC como el contenido de cemento, aparecen convenientemente limitados en todas las Instrucciones, en función de tales condiciones del ambiente. Véase al efecto la tabla 3.3.
En lo que respecta al curado, debe tenerse en cuenta la diferente influencia que ejerce sobre la permeabilidad del hormigón, en función del tipo de cemento. Como muestra la figura 9.26, en los cementos portland puros la diferencia entre curar bien y curar mal no es tan grande como en los cementos de adición. Ahora bien, si el curado se efectúa correctamente, los cementos de adición presentan ventajas sobre los portland puros. La idea que debe retenerse es la siguiente: on un buen curado, a mayor cantidad de adiciones en el cemento corresponde una mayor impermeabilidad del hormigón; y con un mal curado, a mayor cantidad de adiciones corresponde una mayor permeabilidad.
De todo lo dicho se deduce la necesidad de emplear:
• Una relación agua/cemento lo más baja posible
• Una dosis de cemento lo más alta posible
• Un recubrimiento generoso, y
• Un curado prolongado e ininterrumpido.
• Una dosis de cemento lo más alta posible
• Un recubrimiento generoso, y
• Un curado prolongado e ininterrumpido.
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