Los áridos que intervienen en la formación de morteros y hormigones deben tener ciertas características en cuanto a granulometría y limpieza de limos o arcillas.
En la obra se reconocen las arenas tomando un puñado y estrujándolo en la mano. Si mancha y no cruje, será una arena deficiente; pero si ésta deja la mano limpia y cruje ásperamente, la admitiremos sin más averiguaciones.
También se puede echar un puñado de arena en agua limpia, que quedará más o menos turbia según contenga más o menos impurezas.
Pero estos reconocimientos de tipo práctico, no nos llevan al resultado final de conocer exactamente cuando un árido es apto o no para su empleo.
Y ante la duda no nos quedará otro remedio que investigar químicamente su composición, lo que en la práctica, al no tratarse de un caso especial, se pasa por alto, quizá por el retraso que en la obra suponen todas estas gestiones, de no haberlas previsto antes de su comienzo.
En las normas españolas se prohíbe el empleo de áridos con un contenido de arcilla superior al 3 por 100 en peso.
Vamos a describir primeramente un ensayo de arenas a pie de obra.
Para ello se toma una probeta de cristal o de plástico de 250 centímetros cúbicos (fig. 66).
De la muestra representativa de la arena a ensayar se toma una determinada porción que se pasa por un tamiz y de la parte tamizada se echa en la probeta la cantidad necesaria para alcanzar en ella la división100. A continuación se agrega agua hasta la división 150 y tapando la probeta con la mano, o mejor aún con un tapón de goma, se agita vigorosamente durante tres minutos.
Se deja sedimentar en reposo completo durante una hora y al cabo de este tiempo se observará en la probeta tres zonas:
La inferior estará constituida por la arena que ya se habrá depositado.
Una zona intermedia constituida por la sedimentación de limos y arcillas; y una tercera zona de agua transparente o casi transparente.
Si la zona ocupada por la sedimentación de arcilla es decir, la intermedia, mide menos de 8 mm (fig. 67) la arena es totalmente utilizable, siendo tanto más limpia cuanto menor sea esta zona.
Si esta zona tiene exactamente 8 mm, la arena tendrá el ya prohibido 3 por 100 de arcilla, por tanto se deberá lavar, si ello es enconómicamente posible, o desechar en caso contrario.
No hay que decir que si la zona fuese superior a 8 mm (figura 68) es que pasa del 3 por 100, tanto más cuanto más amplia sea esta zona.
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