Las rocas metamórficas se forman por recristalización o reorientación parcial o total de los cristales de una roca ígnea o una sedimentaria debido a altas temperaturas, altas presiones y/o esfuerzos cortantes. El proceso de metamorfismo puede involucrar la formación de folios (estructura laminar, a base de placas sobrepuestas) que denotan el predominio de fuerzas cortantes transmitidas por las masas de roca, por otro lado la ausencia de fuerzas cortantes da origen a la formación de rocas metamórficas del tipo masivo. El proceso de metamorfismo es intensificado por la acción del magma y los movimientos de las placas tectónicas así como por la formación de cadenas montañosas y el nacimiento de volcanes.
La Tabla 2.3 presenta los tipos de rocas metamórficas más comunes en el medio de la construcción, algunos rasgos distintivos para su identificación y las rocas de las cuales provienen. Entre las rocas foliadas se encuentran la pizarra, los gneis y los esquistos. Entre las rocas masivas se encuentran la cuarzita y el mármol.
Tabla 2.3. Identificación de las Rocas Metamórficas.
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