Las piedras se emplean en la construcción de muy diversas maneras, como paneles o tableros sostenidas por estructuras metálicas o ancladas, como piezas de protección y adorno en pretiles, botaguas en ventanas, zoclos y cornisas, etc. La disponibilidad hoy en día de mejores adhesivos permiten lograr una mejor adherencia en las piedras pegadas, estos adhesivos son más estables a los cambios volumétricos en contraste con los materiales tradicionales como los morteros de cemento Portland, con los cuales se tenía que elegir entre una buena adherencia (más cemento) pero fuertes contracciones, o una buena estabilidad de los morteros (menos cemento) pero baja adherencia. Frecuentemente la dificultad de lograr un adecuado proporcionamiento en los morteros tradicionales se traducía en un eventual desprendimiento de las piedras colocadas. La Figura 2.2 presenta varias formas de colocación de las piedras naturales tanto en fachadas como en pisos.
Resulta poco práctico señalar usos constructivos óptimos para los diferentes tipos de rocas que se conocen.
Preferentemente se deben realizar pruebas y ensayes en las rocas con el objeto de verificar aquellas cualidades ingenieriles que se hayan considerado como importantes para cumplir con los objetivos fijados en cuanto a la aplicación de las piedras. Sin embargo hay algunas rocas que se han usado tradicionalmente en pisos de lujo o en baños y arreas sanitarias como el granito, el mármol y el travertino (variedad de caliza). Estas piedras una vez pulidas presentan una superficie tersa, de gran belleza y fácil de limpiar. Posiblemente de entre las rocas mencionadas el granito sea la más cara por su dificultad de extracción y porque debido a su dureza requiere de abrasivos metálicos para su pulido. Recientemente han aparecido en el mercado productos sintéticos que imitan el granito (derivados plásticos a base de resinas), estos granitos sintéticos ofrecen algunas ventajas como la de resistir el impacto de piezas metálicas, la posibilidad de realizar cortes y uniones con juntas prácticamente invisibles, la superficie se puede volver a pulir con facilidad para desaparecer ralladuras, el material es más ligero, y otras, sin embargo en el material sintético no se ha podido imitar la textura cristalográfica en toda su belleza natural.
Otras rocas como las pizarras, los esquistos y algunos basaltos y lutitas facilitan su empleo en forma de lajas o placas delgadas, debido a su estructura foliada. Las rocas masivas como la arenisca, la caliza, la cuarzita y la dolomita se emplean frecuentemente en cortes pequeños llamados piedrines o fachaletas, y por supuesto también se les emplea en forma de losetas (losas pequeñas). Algunas rocas ligeras como las escorias volcánicas, el tezontle y la lava vesicular se cortan en placas pequeñas que se pegan fácilmente a muros y columnas.
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